Notas del Campo – Reflexiones Sobre 12 Días en Perú
8 febrero, 2012
Español, Voices from the Field
Por Josh Cramer-Montes, Director de Comunicaciones
Son las 7:30 de la mañana del sábado. Estoy sentado en la parte trasera de un taxi que va con exceso de velocidad en la autopista camino a Lima después de un vuelo nocturno de LAN. El cielo es de un gris brumoso, una ocurrencia común como resultado del clima desértico subtropical y las frías aguas del Océano Pacífico.
En cuanto me acerco al barrio de Miraflores, veo un grupo de surfistas a mi derecha saltando en el océano esperando a tomar la próxima gran ola. A mi izquierda veo acantilados escarpados de 100 pies con edificios modernos en las cumbres. Es una escena que me recuerda al sur de California. Dado el auge de la economía peruana existe una oleada de orgullo nacional y una tradición culinaria que está arrasando el mundo, es fácil olvidar a aquellos ignorados que viven en pobreza.
Estoy en Perú para una serie de visitas, reuniones y eventos para los que tendré que cruzar varias veces la parte sur del país y visitar más de una docena de ciudades en el transcurso de los próximos 12 días. Es la primera vez que estoy en Peru y me siento particularmente emocionado por ver las operaciones del cuarto de nuestros cinco países en acción.
Lunes – Arequipa > Pedregal > Arequipa
Mi alarma suena a las 6:00 AM y a pesar de no haber tomado mi primera taza de café como de costumbre para despertarme, empecé mi día lleno de energía. Junto con Naldi Delgado, Directora de Pro Mujer en Perú, vamos a dar una corta presentación a un grupo de visitantes de una de nuestras organizaciones asociadas, Global Partnerships (GP), un inversor social sin fines de lucro. El grupo, dirigido por Chris Megargee, Director de Relaciones Comunitarias y Corporativas, está en Peru para ver nuestras operaciones y para conocer a algunas de nuestras 245,000 clientas a través de América Latina.
GP es una de las organizaciones, al igual que PATH y Linked Foundation – que se asoció con nosotros para el programa piloto de salud en Nicaragua. Este piloto pretende abordar el problema cada vez más grave de las enfermedades crónicas que afectan a nuestras clientas – hipertensión, diabetes, problemas de reproducción sexual y cáncer, específicamente de mama y cervical – y que tiene graves implicaciones para la gente alrededor del mundo.
Después de la presentación, abordamos una camioneta por una hora y media a través del desierto en camino a la pequeña localidad rural de Pedregal. Aquí tendremos la oportunidad de ver nuestras Jornadas de Salud, una serie de campañas que consisten en carromatos adaptados a nuestras necesidades como clínicas móviles de salud.
Complementando estas clínicas, existen unas áreas de preparación donde se proporcionan servicios adicionales proveídos por oftalmólogos, optometristas y obstetras, entre otros, a costo por debajo del mercado o de forma gratuita dependiendo del servicio. Pro Mujer en Perú tiene cuatro de estas clínicas móviles que viajan a diferentes regiones cada mes. Cada una de estas campañas dura unos días y no cerramos la clínica hasta que la última persona – cliente o del público en general – sea atendida por el personal médico capacitado.
El objetivo de estas campañas es el tamizaje de enfermedades crónicas. Otras pruebas incluyen la presión arterial, el índice de peso saludable en relación a la altura y exámenes de mamas.
Para muchas de nuestras clientas, los servicios de salud primaria están fuera del alcance. En general, el sistema de salud público en sus comunidades es limitado o no existe, forzándolas a viajar largas distancias para acceder a los servicios. Una vez que llegan a los puestos de salud, se unen a docenas o inclusive centenas de personas esperando a ser atendidas. No hay manera de saber si serán vistas por un médico o si tendrán que volver en otra ocasión.
A lo largo de este proceso, nuestras clientas se ven obligadas a lidiar con la decisión crucial de permanecer en su lugar de negocio a fin de obtener ingresos muy necesarios o renunciar a sus salarios diarios y gastar dinero en transporte para viajar a una clínica cuando están asintomáticas. Como resultado, la atención médica preventiva pierde prioridad hasta que una clienta este enferma, y entonces la situación puede ser debilitante tanto físicamente y financieramente.
A pocas cuadras del centro de la ciudad donde la campaña se está realizando, visitamos a una clienta de Pro Mujer en su lugar de negocio. Ángela Mamani Sulla, 29 años, es una madre casada con 3 hijos, quien tiene una gran sonrisa y una disposición positiva que le quita años de edad. Ángela tiene una pequeña despensa que alberga también la vivienda de la familia.
Se unió a Pro Mujer en febrero de 2010, después de haber sido invitada a unirse al banco comunal “Sagrada Familia”. Un banco comunal es un grupo de aproximadamente 30 mujeres que se reúne para sacar un préstamo como grupo y recibir servicios de Pro Mujer: finanzas (pequeños préstamos, ahorros, seguros), capacitación de negocios y servicios de salud. Seleccionan un nombre para su grupo, elijen a una Presidenta, Secretaría y Tesorera y garantizan sus préstamos como grupo. En el caso de que un miembro no pueda hacer un pago, las demás hacen el pago por ella hasta que se estabilice nuevamente. A causa de esta garantía grupal, los miembros del banco comunal sólo invitan a amigos y vecinos fiables y sustentables.
El primer préstamo de Ángela de US$183 le permitió mejorar y ampliar la vivienda de su familia, duplicar el tamaño de su negocio y diversificar los productos que vende. Es verdaderamente inspirador escuchar su historia y ver cuán lejos ha llegado en tan poco tiempo.
En cuanto nos despedimos de Ángela y volvemos a Arequipa, me doy cuenta que ha sido un largo día de viaje y todo el mundo está aniquilado de cansancio. Mañana nos dirigimos a Mollendo, un pequeño puerto de unas 30.000 personas en la costa del Pacífico en la parte suroeste de Perú.
Martes – Arequipa > Mollendo > El Fiscal > Arequipa
Al día siguiente, tomamos el ómnibus a las 7 de la mañana. A lo largo de las próximas dos horas y media, bajamos más de 1,900 metros en carreteras que fueron excavadas a los lados de las montañas, con espectaculares paisajes lunares.
Llegamos a nuestro centro de Mollendo a tiempo para ver una reunión de repago del banco comunal San Camilo. Son un grupo cálido y acogedor. Después de la reunión, nos dan un poco de su tiempo para responder a algunas preguntas. Cada vez que alguien le hace una pregunta a la Presidenta, Secretaria o Tesorera, se ponen de pie para responder. Es un acto sencillo, pero que dice mucho. Cuando muchas de nuestras mujeres llegan a Pro Mujer por primera vez, son incapaces de hablar delante de un grupo o incluso de mirar a alguien a los ojos. Uno sólo puede imaginar las circunstancias que han causado esta reacción.
En el grupo, conocemos a mujeres y a algunos hombres que tienen negocios de escuelas de baile, venta de productos de AVON – algo común en nuestras clientas de algunos países – despensas y restaurantes, entre otros.
Al final de nuestra visita, nos reímos y bromeamos entre todos. A pesar de la brevedad de nuestra visita, ellas nos han dejado ser parte de sus mundos. Siempre me emociono al ver las estrechas relaciones que tenemos con nuestras clientas y lo afortunados que somos de poder compartir estos momentos con ellas. Pro Mujer provee mucho más que una transacción financiera, Pro Mujer es una experiencia transformativa. Es una experiencia de crecimiento personal durante la cual la clienta se da cuenta de sus derechos, su autoestima y empieza a aprovechar este proceso de despertar no sólo para ella sino también para su familia y su comunidad. Es un sentimiento de confianza, apoyo y comunidad. El sentimiento que estamos todos juntos no termina con nuestras clientas, se extiende a nuestro equipo y más allá.
De Mollendo, volvemos a la camioneta para la siguiente parada en nuestro viaje: El Fiscal. El Fiscal es un pequeño pueblo que cuenta con la carretera Panamericana en medio de él. El Fiscal abastece a camioneros y viajeros a través de pequeños puestos al lado de la carretera que ofrecen de todo, desde alimentos y bebidas hasta repuestos para automóviles, entre otras cosas, para sus largos viajes.
El banco comunal Sarita Colonia está esperando nuestra llegada. Han terminado su reunión pero permanecen juntas para recibirnos. Tomamos turnos para preguntarles sobre sus vidas, sus negocios y El Fiscal. El Dr. Alfonso Medina, Gerente de Salud de Perú, habla sobre la importancia de cuidar la salud y de tener los exámenes médicos al día. Al final de nuestra sesión, el grupo nos invita con un tradicional plato: piqueo de camarones (un bufet de camarones de río fritos con cabezas, colas y todo entre medio) en nuestro honor. Los camarones son la vida de las mujeres en El Fiscal. Fue particularmente conmovedor como se incomodaron para homenajearnos e invitarnos a comer.
Miércoles – Arequipa > Lima
El miércoles celebramos la apertura de uno de nuestros nuevos centros focales, Paucarpata. Junto con la apertura, los empleados de Pro Mujer llevaron a cabo otra campaña de salud para las clientas y miembros del público en general quienes participaron del evento.
Juan Carlos Torres, nuestro Gerente de Servicios Financieros, dio la bienvenida a todos con algunos comentarios. Brindamos y tuve el honor de cortar la cinta ceremonial mientras que Naldi usaba un martillo para romper la botella celebratoria de champagne bautizando el centro.
Después de la ceremonia, hacemos un tour del centro y aprendemos sobre los servicios que son brindados aquí. Hay una oficina para las consultas médicas con una obstetra y un servicio nuevo único para clientas, BCP (Banco de Crédito), un cajero que permite a las clientas extraer préstamos de sus cuentas bancarias, depositar ahorros y pagar cuentas de manera segura y conveniente.
Durante la visita tenemos la oportunidad de observar a un grupo nuevo de solidaridad (similar a un banco comunal pero con menos miembros), que recibe su primer préstamo. Las mujeres están muy orgullosas de ser parte de uno de los primeros grupos en el centro y de tenernos presentes en su reunión.
Inmediatamente después de la apertura del centro de Paucarpata, era hora de que Naldi y yo nos fuéramos al aeropuerto para abordar otro vuelo de LAN hacia Lima para más reuniones.
Viernes – Lima
Esta mañana tenemos una serie de reuniones con gente de la Universidad del Pacífico (UDP); la universidad en donde Naldi hizo sus estudios y una de las mejores escuelas de Perú. Unos meses atrás, UDP destacó a Naldi en un fantástico y emotivo video como parte de su campaña “Líderes Responsables” sobre ex alumnos sobresalientes. Definitivamente vale la pena mirarlo.
Más tarde esa noche, Naldi y yo participamos de una entrevista en vivo con una periodista peruana Cecilia Valenzuela para su programa, “Mira Quién Habla” en el canal Willax. Estamos aquí para discutir el trabajo de Pro Mujer en Peru y en toda la región. Para ver la entrevista en español, por favor haz clic aquí.
Sábado a Lunes – Lima > Arequipa > Puno > Arequipa > Lima
Me desperté temprano para volar a Puno, una ciudad en las costas del lago Titicaca, el lago más alto y comercialmente navegable del mundo a mas de 3,700 metros por encima del nivel del mar. Me han prevenido que la altitud te puede hacer sentir muy mal, pero afortunadamente, el único síntoma que tengo es insomnio – estoy sumamente despierto a las 4 de la mañana.
Estoy en Puno para más visitas sobre futuros proyectos (más sobre esto en la segunda parte de este post) y mientras que estoy aquí, estoy aprovechando para hacer una parada en nuestra oficinal nacional y conocer a nuestro equipo de más de 40 personas. Es aquí donde por casualidad me encontré con el Dr. Medina y Juan Carlos Torres, entre otros. Una vez más, percibí el maravilloso sentimiento de camaradería que dice ‘estamos todos juntos en esto’.
Mi tiempo en Puno y en Perú está terminando rápidamente, en menos de 24 horas, empezaré el largo viaje de vuelta a casa. Solamente dos semanas han pasado, pero las intensas actividades me hacen sentir que he estado fuera por mucho más tiempo. Tanto es así que mis compañeros dicen que si paso un día más aquí, reuniré los requisitos para aplicar a la ciudanía peruana.
Martes – Lima > Miami > NYC
Mientras que el avión despega, admiro el paisaje por la ventana y comienzo a reflexionar sobre las últimas semanas. No importa que país visito, siempre me siento inspirado por mis colegas. Trabajar para Pro Mujer es un compromiso a una causa. No es un trabajo de 9 a 5 y no es uno hecho detrás de un escritorio. Es un laboratorio donde uno está constantemente superando desafíos (terremotos, lluvias torrenciales que cierran aeropuertos – más sobre esto en mi próximo blog – apagones, problemas de logísticas, etc.) y probando cosas nuevas para encontrar soluciones. Cuando algo no funciona, recalibramos y cambiamos de camino en un segundo.
¿Por qué? Porque nuestras mujeres dependen de ello. La pobreza es un problema complejo sin una milagrosa solución. Ser una mujer, pobre e indígena en América Latina es triplemente difícil y serios obstáculos se te presentan desde el primer día.
Mientras que la pobreza relativa varía por país, la cultura de pobreza entre las mujeres a quienes servimos es la misma. Sufrir problemas financieros y discriminación, hacer doble papel de madre y padre e imaginarse que desafío llegara mañana, son situaciones universales entre nuestras mujeres.
Acceso a servicios de salud, como mencionamos antes, es limitado o no existe. Este es un gran factor que perpetúa la pobreza como la salud y la pobreza están fuertemente ligados. Debido a los roles de género tradicionales, es esperado que las mujeres se ocupen de sus hijos y miembros familiares, a menudo solas porque sus parejas están ausentes física o emocionalmente. Estos roles de género también limitan su acceso a la educación y capacitación que al mismo tiempo limita sus oportunidades de empleo. Se encuentran limitadas a trabajos en el sector informal razón por la cual tantas de ellas empiezan sus pequeños negocios en sus casas o cerca de ellas. Tener un negocio en el sector informal limita o inclusive excluye el acceso a los servicios financieros tradicionales. Al final es un ciclo que pasa de generación a generación.
A pesar de todos los desafíos que confrontan, estas mujeres son fuertes, trabajadoras y perseverantes. Mujeres como Janeth, Luisa e incontables de otras mujeres, siguen luchando por ellas mismas y por sus familias. Con las herramientas esenciales y el apoyo que les proveemos, estoy seguro que sus caminos serán un poco más fáciles y que tendrán un futuro más brillante para ellas y sus familias.
Todas las fotos fueron tomadas con mi leal iPhone