Denilson Mehujael nació en una comunidad rural en Honduras y tiene muy claro cómo las diferencias de género moldearon su infancia y la de su hermana: mientras él podía jugar libremente, ella siempre debía estar supervisada y reportar su ubicación.
“El simple hecho de ser mujer le daba otras condiciones incluso para recrearse”, relata el joven que hoy es el vocero de la campaña de Nuevas Masculinidades del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Honduras. Esta experiencia, que para muchas personas puede ser cotidiana, es el reflejo de que las desigualdades estructurales de género se manifiestan desde la primera infancia y en la mayoría de los casos se convierten en violencias sistémicas.
En América Latina, la VBG es una problemática crítica y urgente. Según datos recientes, una mujer es asesinada cada dos horas por razones de género; entre 2021 y 2024 más de 10.500 mujeres fueron asesinadas por razones de género y 1 de cada 3 mujeres ha experimentado violencia física o sexual a lo largo de su vida.
La raíz de esta problemática se encuentra en la construcción de las masculinidades hegemónicas, aquellas que asocian al hombre con el poder y la dominación, y como dice Ana Laura, “a partir de eso lo otro, entonces genera desigualdades que se recrudecen a través de la violencia y subordinan a las mujeres”. Como lo define Tomás González Bergez, gerente del Gender Knowledge Lab de Pro Mujer, este modelo “responde a un sistema de creencias que coloca al hombre como proveedor, protector y figura de autoridad, excluyendo la posibilidad de que sea emocionalmente vulnerable o igualitario en sus relaciones”.
La perpetuación de este modelo tiene consecuencias devastadoras. Ana Laura destaca cómo, a través de mensajes simbólicos y culturales, los niños son socializados para contener emociones y resolver conflictos mediante la violencia. Esto genera una espiral que afecta a las mujeres como víctimas principales, pero también a los hombres, quienes son atrapados en un sistema que les exige cumplir roles rígidos.
“En edades adultas, muchos hombres enfrentan crisis emocionales que pueden llevarlos a conductas extremas, como el suicidio”, señala Ana Laura. Esta presión por cumplir estándares patriarcales tiene consecuencias que van más allá de las estadísticas, impactando profundamente la salud mental y el bienestar de los hombres.
Nuevas Masculinidades: Una Alternativa Transformadora
Ante este panorama, el concepto de nuevas masculinidades emerge como una herramienta poderosa para transformar las dinámicas sociales y erradicar la violencia de género. Estas no buscan imponer un modelo único de ser hombre, sino cuestionar las actitudes y comportamientos que perpetúan desigualdades y violencias.
Denilson explica que adoptar nuevas masculinidades implica “validar que los hombres puedan vivir sus emociones como seres humanos, desaprender procesos que nos han inculcado toda la vida y romper el legado cultural de violencia“. Este enfoque promueve el rechazo de la violencia como herramienta de poder y fomenta el diálogo, la empatía y la corresponsabilidad en los roles de cuidado.
Además, como menciona Tomás, permite a los hombres liberarse de las cargas emocionales y sociales impuestas por la masculinidad tradicional, abriendo la puerta a relaciones más igualitarias y saludables. “Reconocer nuestras propias violencias y actuar para cambiarlas es el primer paso hacia una sociedad más justa”, afirma.
Erradicar la VBG es un desafío que exige un esfuerzo colectivo. Es fundamental iniciar el cambio desde una educación temprana con un foco en la equidad y la empatía y sacar la conversación del ámbito personal. Como señala Ana Laura, “los hombres deben hablar con otros hombres y romper el pacto patriarcal (…) esa idea de cofradía que perpetúa la violencia al silenciarla“. Este cambio implica actuar no solo en los círculos privados, sino también en espacios políticos y sociales, promoviendo políticas que equilibren las responsabilidades de cuidado y fomenten la igualdad de oportunidades.
En el marco de noviembre, el mes de la no violencia contra las mujeres, en Pro Mujer reafirmamos nuestro compromiso con esta causa. Te invitamos a escuchar el episodio del podcast Voces por la Igualdad, donde exploramos las nuevas masculinidades como una herramienta clave para desmantelar las estructuras de desigualdad y violencia.
Es momento de cuestionar, desaprender y construir relaciones más igualitarias y humanas.