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Mujeres latinas en Estados Unidos: cara y cruz de una gran fuerza económica

Por Carmen Correa, CEO de Pro Mujer. 

Según últimos datos, las mujeres latinas contribuyen alrededor de US$ 1.3 al año al PIB de Estados Unidos,  una cifra mayor a la economía del estado de Florida, de acuerdo con The Latina GDP Report, un estudio de California Lutheran University y UCLA. Este impacto las posiciona como uno de los motores de desarrollo más importantes de la economía norteamericana. El ritmo de crecimiento de la fuerza de trabajo de la comunidad latina del país es nueve veces más grande que el de la no latina, y, dentro de la latina, en casi todos los segmentos, las mujeres llevan la delantera: entre 2010 y 2021, su contribución creció un 51,11%. El Mes de la Herencia Hispana nos invita a reflexionar sobre el rol en el mercado laboral de este grupo que representa el 17% de la población femenina del país [PCR], su progreso y sus desafíos.

La historia de las latinas en la economía de los Estados Unidos es una de siglos de desigualdad respecto de otros grupos demográficos. Actualmente, se calcula que existe una brecha salarial del 46% en relación con los hombres no latinos [National Women’s Law Center] y de 26% respecto a las mujeres blancas. Aún así, resulta significativo el avance de la última década, con un récord en términos de su participación en la fuerza de trabajo, el nivel educativo alcanzado y la remuneración percibida. Sus emprendimientos tienen más probabilidad de crecimiento para sus empleados que aquellos liderados por personas blancas. (2021 State of Latino Entrepreneurship)

Con la experiencia de 34 años trabajando con las mujeres de América Latina, en septiembre se cumple un año desde que Pro Mujer llegó a Estados Unidos. Esto se da en un momento particular de la historia de las latinas en el país, con indicadores fuertes de su integración y potencia pero con una desigualdad que aún se resiste a desaparecer y se comprueba en su sobrerrepresentación en el segmento poblacional de menores ingresos, en la inestabilidad laboral y las condiciones precarias asociadas a sus roles más extendidos. Apostando por incidir en la formación, donde está el diferencial que realmente viene haciendo la diferencia, creamos el Módulo Mujer Migrante en nuestra plataforma digital Emprende Pro Mujer para fomentar su crecimiento personal y profesional con contenidos educativos, mentorías, instancias de networking, apoyo personalizado y asistencia en la creación de canales de venta. 

En este primer año, más de 1000 mujeres latinas ya han utilizado las herramientas de Emprende Pro Mujer en Estados Unidos con resultados alentadores: 48% comprobó mejoras en su gestión financiera, 34% incorporó canales digitales a sus negocios y 86% reportaron mejoras en sus habilidades de liderazgo. La plataforma se sostiene sobre tres pilares: la inclusión financiera, el desarrollo de habilidades y servicios de salud y bienestar, que son las claves para crear un impacto positivo y garantizar un modelo interseccional en el que las mujeres puedan alcanzar la autonomía económica. En Latinoamérica, Emprende Pro Mujer ya ha capacitado a más de 101.900 mujeres distribuidas en 23 países.

Siempre destaco que la comunidad latina supera a otros grupos demográficos en cuanto al crecimiento en el consumo [Latina GDP Report], algo que demuestra cómo la sociedad en su conjunto se beneficia de su desarrollo. Revertir las desigualdades que aún enfrentan no se trata solo de saldar deudas históricas con las mujeres migrantes, sino de fortalecer a verdaderas impulsoras de crecimiento a nivel nacional. Si con todas las barreras que enfrentan se han convertido en esta gran fuerza económica,  quiero invitar a pensar en el impacto potencial que tendrían a medida que se avance en la senda de una integración más justa. ¿Qué estamos esperando?

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