En 2024, las mujeres continúan enfrentando barreras y desafíos estructurales de manera desproporcionada. A pesar de los avances, alrededor de 118 millones de mujeres en la región viven en situación de pobreza (CEPAL), con la marginalidad y la vulnerabilidad como realidad persistente, limitando su prosperidad.
A pesar de enfrentar innumerables desafíos, son las mujeres quienes, con su resiliencia y determinación, se posicionan como agentes de cambio capaces de impulsar el progreso y transformar sus vidas, las de sus familias y sus comunidades. Son ellas la columna vertebral para alcanzar la prosperidad económica y social.
A lo largo de la historia, las mujeres han encontrado en el emprendimiento una opción para mejorar su calidad de vida y una herramienta fundamental para su empoderamiento y autonomía: el 82% de las mujeres en América Latina deciden iniciar su propio negocio por falta de trabajo formal, lo que convierte al emprendimiento en una solución a sus contextos (GEM).
Precisamente, Latinoamérica se destaca por el espíritu emprendedor de sus mujeres. La región cuenta con la mayor cantidad de emprendimientos femeninos en el mundo, con una tasa de negocios iniciados por mujeres del 21% (GEM), número que refleja, no solo el talento y la creatividad inherentes a nuestras mujeres, sino también su capacidad para transformar adversidades en oportunidades.
Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), casi el 50% de las emprendedoras a nivel mundial se desempeñan en el sector de comercio mayorista/minorista. A su vez, los sectores de gobierno, salud, educación, y servicios sociales identifican una vasta presencia de mujeres (17.6%). En contraste, solo un 2.3% se encuentra en el sector tecnológico, industria dominada por hombres, al igual que la agricultura, con menos de 1 de cada 20 mujeres operando en el rubro.
Crear condiciones que permitan a las mujeres emprender y adoptar medidas para cerrar las brechas de género existentes, resulta urgente, correcto y redituable. Actualmente, la región presenta una tasa de cierre de emprendimientos del 7%, la más alta registrada, por lo que es necesario ofrecer soluciones que permitan revertir los retos de financiamiento y capacitación.
Desde Pro Mujer llevamos más de 30 años apoyando a más de 2.5 millones de mujeres de toda la región a desarrollar su potencial y alcanzar la autonomía económica por medio del emprendimiento. Solo el año pasado, impactamos positivamente la vida de 428 mil personas, desembolsamos USD 286 millones en créditos, impulsamos el desarrollo de habilidades de más de 208 mil mujeres y brindamos servicios financieros a más de 184 mil mujeres.
Además, día a día reafirmamos nuestro compromiso con las emprendedoras latinoamericanas con programas como Emprende Pro Mujer, que les brinda oportunidades de formación en emprendimiento e inclusión financiera y las acompaña a desarrollar su máximo potencial. Cada negocio liderado por una mujer es un testimonio de resiliencia, creatividad y determinación.
Reconocer y apoyar el emprendimiento femenino no solo es una cuestión de justicia y equidad, sino también una estrategia inteligente para el desarrollo económico. Al empoderar a las mujeres emprendedoras, no sólo fortalecemos nuestras economías locales y nacionales, sino que también inspiramos a futuras generaciones a soñar en grande y a romper barreras. Celebremos y apoyemos a todas las mujeres que, día a día, catalizan el desarrollo de nuestra región.