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Acción Climática: Oportunidades de Inversión Hacia un Futuro Sostenible

¿Por qué poner la inequidad de género y la crisis climática en la misma conversación? Esta fue la pregunta con la que inició la charla “Acción Climática: Oportunidades de Inversión Hacia un Futuro Sostenible”, moderada por Dennis Price, Chief Impact Officer y Co-President de Impact Alpha y en la que participaron Sana Kapadia, Chief Catalyst de Heading for Change; Carolina Suarez, CEO de Latimpacto; Diego Flaiban, Director Responsable del Sector Financiero para Países del Cono Sur de BID Invest y Mariella de Aurrecoechea, Presidenta del Board Latam & Líder de Cambio climático y Sostenibilidad de Deloitte.

Los cinco panelistas coincidieron en una contra pregunta… ¿por qué no? La posición más contundente, expuesta por Mariella de Aurrecoechea: “son dimensiones hipersignificativas porque se nos va la vida, ¿no? Este es un tema estratégico, central”. Así, se sentó la base de la conversación que, de manera urgente, resaltó la forma desproporcionada en que la crisis climática afecta a mujeres y niñas y cómo, a pesar de estos desafíos, ellas lideran muchas de las soluciones innovadoras y sostenibles.

El cambio climático agrava la pobreza y las migraciones, pero también amplifica la desigualdad de género. Según la ONU, las mujeres y niñas constituyen el 80% de las personas desplazadas por los efectos del cambio climático y tienen 14 veces más probabilidades de morir tras una catástrofe natural, además, alrededor de 158 millones de mujeres y niñas viven en la pobreza como consecuencia directa del cambio climático -16 millones más que el número total de hombres y niños-. 

Esta cifra subraya cómo los desastres naturales y los cambios ambientales afectan de manera desproporcionada a las mujeres, exacerbando su vulnerabilidad y la necesidad de soluciones inclusivas y equitativas. Y sin embargo, a pesar de ser las más afectadas, las mujeres están al frente de muchas soluciones climáticas innovadoras, “hay un tema de vulnerabilidad especial de las mujeres, pero también esa capacidad de adaptabilidad, de ofrecer soluciones, esa capacidad que tienen las mujeres de poder expandir las soluciones que ellas mismas co-crean junto con otros, enfatizó Carolina Suárez.

Un ejemplo inspirador presentado fue el caso de las mujeres en zonas rurales de América Latina y África, quienes han liderado proyectos sostenibles en agroecología, energía, economía circular y más. Sana Kapadia compartió cómo, a través de Heading for Change (endowment que se centra en desbloquear el capital para el nexo entre el clima y la financiación de género) han realizado seis inversiones hasta el momento, y están financiando dos proyectos en Latinoamérica y África como parte de su enfoque regional. 

Estas inversiones buscan no solo la sostenibilidad ambiental, sino también el empoderamiento de las mujeres pero, sobre todo, “demostrar que es posible, que hay un portafolio, que hay cosas que la gente puede hacer activamente hoy como inversores, incluso en esta región.

Así, para abordar eficazmente la crisis climática y la desigualdad de género, es esencial activar flujos de financiamiento climático inclusivos. Durante la charla, se planteó cómo activar estos flujos que realmente tomen en cuenta las necesidades desproporcionadas de las mujeres. La respuesta reside en crear mecanismos financieros que integren perspectivas de género y promuevan la igualdad.

Un caso ilustrativo fue un proyecto de extracción de oro en zonas rurales liderado por mujeres y apoyado por el PNUD y Latimpacto, donde se implementaron líneas de crédito con la condición de no usar mercurio, integrando así criterios ambientales y de inclusión financiera. De manera similar, en Costa Rica, un bono sostenible con un componente de género mostró que el 39% de las empresas lideradas por mujeres tomaban un crédito verde, comparado con el 20% en el total de la cartera, destacando la responsabilidad y el compromiso de las mujeres con prácticas sostenibles.

La Necesidad de un Enfoque Sistémico

Una conclusión clave de la charla fue la necesidad de abordar estos problemas de manera sistémica y no en silos: empecemos a ver articulaciones más allá de soluciones puntuales, en palabras de Suárez. Ella y los y las panelistas destacaron que todos los actores del ecosistema de inversión deben ser facilitadores de proyectos que integren múltiples agendas, demostrando que el riesgo percibido es manejable. Este enfoque integrador es esencial para enfrentar la crisis climática de manera efectiva y equitativa.

Kapadia enfatizó la importancia de abordar los problemas climáticos, de salud y de género de manera interconectada: “Tenemos el clima a un lado, la salud a otro lado, el género a otro lado, la inclusión financiera, etc. Pero estos son problemas sistémicos, están interconectados y, por supuesto, el impacto es acentuado por los factores de género”.

¿A qué debería comprometerse el sector?

Para Mariella de Aurrecoechea, Presidenta del Board SLATAM & Líder de Cambio climático y Sostenibilidad de Deloitte, un verdadero cambio “implica más allá del mensaje, es realmente un compromiso y me parece que ese es el desafío en las empresas. Tener este compromiso realmente desde el tema estratégico y actuar en consecuencia”. Por eso, el panel terminó con la propuesta de establecer ítems específicos de los que se pueda hacer trazabilidad a lo largo del tiempo:

  • Trabajar con más y mejor data para sensibilizar y mejorar la toma de decisiones. En el mismo sentido, documentar y aprender de los casos de éxito que ya están sucediendo.
  • Creación de ecosistemas y alianzas: que la cantidad de agentes involucrados no haga que se pierda el foco, y se puedan canalizar tanto la inversión como el financiamiento en iniciativas de, por ejemplo, descarbonización de la economía.
  • Maximizar más las sinergias entre la agenda de equidad de género y la de crisis climática.
  • Escalar iniciativas para que sean mucho más amplias, objetivo en el que las multilaterales juegan un rol fundamental porque son las que tienen presencia regional.
  • Elevar la estrategia a niveles superiores de las organizaciones, no solo a nivel operativo. Tener más compromiso, más ambición y, en palabras de Kapadia, más esperanza, “porque sí, es difícil, pero si perdemos la esperanza en este momento, entonces será un camino directo al infierno”.

La intersección es crucial entre el cambio climático y la desigualdad de género pues, a pesar de ser las más afectadas, las mujeres lideran soluciones innovadoras que deben ser apoyadas mediante inversiones inclusivas y sistémicas. Este es solo el comienzo de una conversación necesaria para construir un futuro más sostenible y equitativo para todos y todas.

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