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Emprender por necesidad: La realidad de las emprendedoras en América Latina

Por | Carmen Correa

Para las mujeres, el acto de emprender no siempre es una elección motivada por la oportunidad, sino más bien por la necesidad. América Latina y el Caribe es la región con mayor cantidad de emprendimientos femeninos, con una tasa de negocios iniciados por mujeres del 21.2%. 

Sin embargo, el 82.2% de las mujeres deciden emprender debido a la falta de oportunidades laborales formales (GEM). Además, el 25.3% de las mujeres en la región carecen de ingresos propios, lo que limita su capacidad de tomar decisiones autónomas en sus hogares y comunidades (GEM). 

Este desafío se refleja en la naturaleza de sus emprendimientos. Por ejemplo, el 28% de emprendedoras que han cursado nuestro programa de formación emprendedora, Emprende Pro Mujer, se dedican al sector de alimentos y bebidas, mientras que 22% se dedica a la elaboración y/o venta de indumentaria y textil. El 14% se concentra en emprendimientos relacionados a salud y belleza. Las mujeres aún están sobre-representadas en sectores de baja productividad, por lo cual es necesario apoyarlas para acceder a sectores con mayor potencial de crecimiento y generación de valor.

En Pro Mujer, después de más de 34 años trabajando cerca  de las mujeres de la región para que alcancen su máximo potencial, reconocemos que empoderar a las emprendedoras conlleva más que brindarles oportunidades de formación en gestión de negocios. 

Reconociendo la complejidad de sus necesidades, es esencial adoptar un enfoque integral para apoyar a las mujeres. Esto implica un esfuerzo colaborativo que involucre a líderes de diversos ecosistemas, con el fin de asegurar su participación equitativa en el mercado laboral, facilitar su acceso al sistema financiero formal y mejorar sus habilidades digitales para expandir sus negocios.

Un modelo holístico para el empoderamiento

Para que las mujeres se conviertan en un poderoso catalizador de cambio para sus familias y comunidades, es crucial responder a sus necesidades y demandas actuales. Es por eso que en Pro Mujer operamos bajo un modelo holístico, apostando por su salud y bienestar, su educación, y su autonomía financiera. 

A través de nuestros servicios, en 2023: 

  • Impactamos la vida de +428,000 personas
  • Ofrecimos +480,000 servicios de salud
  • Impulsamos el desarrollo de habilidades de +208,500 emprendedoras
  • Brindamos servicios financieros a +184,000 mujeres 

Nuestra apuesta también es ampliar las oportunidades financieras de las mujeres a través de nuestra oferta de productos con enfoque de género que se adaptan a los contextos y posibilidades de cada mujer. Actualmente, ofrecemos acceso a microcréditos a mujeres y creamos mecanismos financieros innovadores que abordan directamente la brecha financiera estructural existente.

Uno de nuestros mayores logros en 2023 fue convertirnos en el primer actor no convencional en emitir dos bonos de género en Argentina y la región. Como resultado, hemos brindado +3,400 créditos a mujeres a través de estos mecanismos, permitiéndonos acompañarlas en cada paso del proceso. 

Atendiendo las necesidades de las mujeres menos digitalizadas

La brecha digital de género en América Latina es un obstáculo significativo que perpetúa las desigualdades y limita el emprendimiento de las mujeres. Aunque la región se ubica en cuarto lugar a nivel mundial en penetración de internet, aún un 33% de su población permanece desconectada

Esta desconexión se agrava en zonas rurales, donde la disparidad en el uso de internet entre áreas urbanas y rurales alcanza hasta el 25%, e incluso el 40% en algunos países (CEPAL). Este panorama subraya la necesidad crítica de adoptar un enfoque que aborde simultáneamente las brechas digitales y de género.

En respuesta a esta realidad, desde 2022, Pro Mujer reforzó su compromiso con las mujeres indígenas, rurales y en situación de vulnerabilidad que lideran actividades productivas en México y Centroamérica. Esto lo logramos a través del modelo híbrido de Emprende Pro Mujer, que incorpora sesiones de formación presenciales, guiadas por facilitadoras expertas en el trabajo de campo. 

Este modelo, que utiliza un enfoque interseccional para llegar a mujeres con limitado acceso digital, ha beneficiado a más de 3,600 mujeres desde su implementación. Este impacto demuestra que, al proporcionar las herramientas adecuadas, las mujeres pueden forjar un futuro en el que sus sueños se materialicen.

La importancia de un sistema de cuidados sostenible

Es crucial prestar atención urgente al trabajo de cuidado, un sector predominantemente femenino y mayoritariamente informal. Según datos de la CEPAL, el 77.5% de las mujeres empleadas en este sector ganan la mitad o menos del promedio de ingresos, operando en la informalidad. A pesar de ello, el aporte económico del trabajo de cuidados es considerable: las mujeres, que constituyen el 70% de la fuerza laboral en este sector, aportan un 20% al Producto Interno Bruto de la región.

Para cambiar esta dinámica, necesitamos implementar sistemas de cuidado que sean financieramente sostenibles, que ofrezcan acceso y calidad, y que valoren estos trabajos adecuadamente, integrando un enfoque de género que reconozca y compense la labor de las mujeres en todos sus roles.

En Pro Mujer, nuestra misión es promover una América Latina más justa y equitativa para que las mujeres sean financieramente libres y emprendan por elección, no por necesidad. 

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