Por primera vez, todas las regiones del mundo superaron la cifra del 30% de mujeres en puestos directivos y América Latina logró un aumento de 2 puntos pasando del 35% al 37%, de acuerdo con el último informe de Women in business. Estos avances, aunque prometedores, son un tanto frágiles: según lo que relevó la consultora McKinsey todavía continúa la tendencia de la “Gran Ruptura” la cual comprueba que por cada mujer en la gerencia que es ascendida al siguiente nivel, dos mujeres directoras eligen dejar su empresa. Esto implica que las mujeres de nivel directivo se están marchando a un ritmo mayor que en años anteriores, y a un ritmo notablemente mayor que los hombres del mismo nivel.
Esto se debe a diversas razones, entre ellas, que muchas mujeres en puestos directivos sufren microagresiones que socavan su autoridad, que, a menudo, son pasadas por alto en oportunidades de progresar, que sus esfuerzos no son reconocidos cuando se preocupan por generar entornos inclusivos o que las empresas en las que trabajan no están comprometidas con el bienestar de sus empleados y empleadas.
Fomentar el liderazgo femenino, desde una mirada de género interseccional, tiene múltiples beneficios: promueve la innovación, el desarrollo, la empatía, la rentabilidad y la calidad del trabajo, refuerza los valores de la empresa, potencia el impacto y el negocio y, además, propicia a que más mujeres alcancen posiciones de toma de decisión.
Acciones claves para impulsar a mujeres en puestos gerenciales
Erradicación de estereotipos de género
Las barreras que enfrentan las mujeres para acceder a puestos gerenciales en el mercado productivo están íntimamente ligadas a prejuicios respecto a las capacidades atribuídas al género. La autora argentina del libro “Cómo transformar el Síndrome del Impostor en tu aliado”, Alejandra Marcote explica cómo estos preconceptos sobre las habilidades de las mujeres son la causa de que ellas experimenten con más frecuencia el “síndrome del impostor” al estar en posiciones de liderazgo:
La falta de expectativas sociales acerca de que ocupemos determinados espacios de trabajo, históricamente ocupados por varones [puede ser particularmente limitante]: por lo que cuando llegamos a ellos, no solo internamente sentimos que no estamos a la altura, sino que externamente podemos ser medidas por una “doble vara”.
Es indispensable entonces, trabajar de manera activa para eliminar los estereotipos inconscientes de género a nivel organizacional. También es crucial fomentar la corresponsabilidad entre todos los equipos en la búsqueda de la diversidad y la inclusión.
Fomento de un liderazgo inclusivo e interseccional
Las dificultades en el acceso a puestos de liderazgo son aún más grandes para las mujeres de color, de acuerdo con la encuesta de McKinsey citada anteriormente. En 2023, por cada 100 hombres que fueron ascendidos desde el nivel inicial al gerencial, 87 mujeres fueron ascendidas. Para las mujeres afrodescendientes, los números fueron menos favorables que el año anterior: 73 mujeres de este grupo fueron ascendidas a nivel gerencial por cada 100 hombres, frente a las 82 mujeres del año pasado.
Fomentar el liderazgo femenino, desde una perspectiva de género interseccional, diversa y transformadora, es un elemento fundamental para alcanzar la igualdad y la inclusión de manera sostenible en el tiempo, capitalizando los beneficios institucionales, sociales y económicos.
Promoción activa de líderes mujeres
Para cristalizar una transformación en el paradigma organizacional de género, es necesario promover activamente los beneficios de transversalizar la perspectiva de género y avanzar hacia el establecimiento de liderazgos inclusivos tanto dentro como fuera de la organización.
“Estoy convencida de que no estaría acá si otras mujeres no me hubiesen puesto en este lugar.” dijo Luz Marina Velasquez, Vicepresidente de Talento Humano de Seguros Sura, en un panel sobre mujeres en posición de liderazgo en el Foro GLI Latam 2023, reflexionando sobre cómo el incentivo por parte de lideresas anteriores a ella la llevaron a su lugar actual.
Institucionalización de políticas inclusivas
Para lograr la permanencia en el tiempo, es necesario fomentar espacios de trabajo con políticas y procesos libres de sesgos de género, desarrollar procesos institucionales que apoyen el liderazgo de mujeres y buscar conocer las necesidades de las personas de manera específica y no generalizada.
Marlene Molero Suárez, CEO y Co-fundadora de ELSA, en el Foro GLI Latam de 2023, expuso acerca de cómo su organización fomenta que las mujeres sean tenidas en cuenta más allá de su rol en el trabajo, preocupándose también por sus vivencias particulares:
“Las personas no podemos desasociarnos del entorno extra laboral y esa imposibilidad es mucho más latente en el caso de las mujeres, donde lo privado y lo público conviven.”
Entre el 4 y 6 de junio, protagonistas del ámbito inversor, emprendedor, académico y de organizaciones no gubernamentales se reunirán en el Foro GLI Latam 2024 para generar conversaciones poderosas e ideas concretas que posicionen la Inversión con Enfoque de Género como un mecanismo efectivo para avanzar hacia la igualdad de género.
Uno de los ejes: “mujeres en liderazgo” tendrá paneles, círculos de aprendizaje, y cápsulas de inspiración destinados a pensar cómo fomentar que más mujeres alcancen posiciones de toma de decisiones en las organizaciones. Se profundizará propuestas y estrategias que surgieron de los conversatorios del Foro GLI 2023, que tuvo lugar en Medellín, Colombia y contó con la participación de 150 especialistas y la presencia de 550 personas de 24 países de la región.
La conclusión principal del foro con respecto al liderazgo femenino fue que no se puede avanzar hacia la igualdad de género en el espacio laboral sin una mirada holística que vea a las personas que trabajan como seres humanos integrales, considerando un balance entre vida personal y profesional equilibrado.
Para saber más sobre el Foro GLI 2024: https://gliforumlatam.com/.
Sobre Pro Mujer
Pro Mujer es una empresa social que desde hace más de 34 años brinda servicios y herramientas a las mujeres en América Latina para que puedan alcanzar su máximo potencial, mejorar sus condiciones de vida y transformarse en agentes de cambio para sus comunidades.
Opera a través de un modelo holístico e integral que busca ampliar el acceso de las mujeres de la región a los servicios de salud, aumentar su inclusión financiera y brindarles oportunidades de capacitación.
El trabajo de Pro Mujer está estrechamente alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y ofrece resultados tangibles en ocho ODS: 1, 3, 4, 5, 8, 10, 11 y 16.
