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Así son las mujeres que participan en Emprende Pro Mujer

Desde sus inicios en 2021, Emprende Pro Mujer, la plataforma digital educativa dedicada a mujeres que buscan la prosperidad económica a partir de sus emprendimientos, ha permitido a Pro Mujer estar siempre cerca de las emprendedoras de América Latina, con una mirada interseccional que tiene en cuenta sus realidades individuales y contextuales.

Esto ha significado reconocer que hay mujeres que emprenden por oportunidad, pero muchas más (el 82% en Latinoamérica, según el GEM) que lo hacen por necesidad o subsistencia, y así enfocar el programa en acompañarlas a lograr un desenvolvimiento individual que les acerque a su propósito, fortalezca su habilidad para tomar decisiones propias y les brinde herramientas para hacer frente a desafíos personales y emprendedores.

¿Quiénes son las mujeres que emprenden por necesidad?

El contexto y los factores individuales desfavorables de estas mujeres las llevan a emprender para generar recursos inmediatos y, en algunos casos, como una vía de subsistencia. Generalmente se autoemplean y crean negocios en sectores tradicionales como manualidades, ropa, repostería, comida o, en un menor porcentaje, consultorías en redes y publicidad. Estos negocios inician y se pueden mantener en la informalidad y, además, suelen movilizar economías familiares y locales.

¿Quiénes son las mujeres que emprenden por oportunidad?

En esta categoría encontramos a mujeres que identifican y deciden aprovechar una oportunidad de mercado tras un proceso de análisis e investigación. También a las que encuentran una necesidad insatisfecha y desarrollan una solución, o tienen una idea que desean llevar a cabo. Son vocacionales y deciden emprender frente a otras alternativas laborales. Sus emprendimientos suelen ser dinámicos o de alto impacto.

Y así son los perfiles de las mujeres que encontramos en la Ruta Emprende Pro Mujer

Desde nuevos conocimientos que se transmiten y ejercitan con contenidos accesibles, efectivos, actualizados y entretenidos hasta la creación de una comunidad sorora de emprendedoras, son muchas las herramientas que nos han permitido demostrar a las mujeres latinoamericanas la capacidad transformadora que tienen al emprender.

Y, de la misma forma, estas experiencias nos han permitido reconocer las vivencias específicas de las emprendedoras en cada una de las etapas que atraviesan en esa ruta de emprendimiento en la que crecen como mujeres, como emprendedoras y como agentes de cambio de sus comunidades. Conoce sus perfiles:

Ideo mi negocio – Creación

Son mujeres que emprenden por necesidad, para generar ingresos extra de forma inmediata, y que dedican gran parte de su tiempo al cuidado de sus hijos/as o familiares. El término “emprendedora” les parece algo lejano, y tienen recursos limitados para iniciar su negocio, incluyendo conocimientos muy básicos en TIC. Buscan respuestas rápidas y consejos que les ayuden a saber en qué y cómo iniciar un negocio rentable.

Sus negocios pueden estar naciendo o tener hasta tres meses de operación y surgen de economías locales o familiares, o para comercializar cosas “de moda” o que consideran fáciles. 

Comienzo mi negocio – Pre incubación

Están apenas iniciando su negocio, lo que hace que necesiten un paso a paso para adentrarse a herramientas tecnológicas, instrucciones precisas y validación constante. Tanto en este perfil como en el anterior podemos identificar emprendedoras de primera vez, comerciantes, revendedoras de productos por catálogo y artesanas que están haciendo una actividad que les gusta o quieren reformular lo que hacen .

Sus emprendimientos tienen entre tres meses y dos años de operación y pueden ser microempresas informales que comercializan productos o servicios sin una estrategia de negocio, por temporadas o principalmente en su círculo cercano.

Mejoro mi negocio – Incubación

Igual que las anteriores, emprenden por necesidad, no se autodefinen como emprendedoras, dedican gran parte de su tiempo a las labores de cuidado no remuneradas y tienen conocimientos básicos en TIC. Es común encontrar que minimizan los logros que han tenido con su negocio, buscan certeza y orden. Les cuesta decir no, y eso las lleva a desviarse de sus objetivos o sobrecargarse de trabajo.

Sus negocios están en desarrollo y tienen al menos un año comercializando el o los mismos productos y servicios. Funcionan como microempresas informales que, aunque tienen escasa estrategia y planeación, ya venden más allá de su círculo cercano y son una fuente más frecuente de ingresos, sin ser estable.

Fortalezco mi negocio – Aceleración

En este perfil encontramos emprendedoras por necesidad que ya tienen experiencia liderando su negocio o, incluso, emprendedoras por oportunidad. Ya se autodefinen como emprendedoras, por lo que ha tomado algunas capacitaciones, tienen conocimientos entre básicos e intermedios en TIC y su rol como cuidadoras se ha modificado por el tiempo que le dedican al negocio, que también hace que pierdan un poco de foco su propio bienestar y objetivos.

Es posible que tengan la sensación de estancamiento, por lo que buscan nuevas ideas, aunque demuestran algo de resistencia al cambio. Sus emprendimientos tienen generalmente más de tres años de operación, ventas constantes y bases de planeación estratégica. Suelen ser microempresas informales que tienen bien identificado su segmento de mercado; buscan potenciar sus ventas en línea más allá de las redes sociales y reforzar su propuesta de valor y estrategia de crecimiento.

Expando mi negocio – Expansión

En este perfil encontramos emprendedoras y empresarias con experiencia liderando su negocio, con conocimientos intermedios a avanzados en TIC y en busca de apoyo y consejos para enfrentar los nuevos desafíos de su negocio; como tienen más experiencia, es posible encontrar cierto enojo o frustración por algunas situaciones que no han funcionado. Buscan de forma más consciente un equilibrio entre el ámbito personal y del negocio.

Sus negocios, generalmente con más de tres años de operación, están en crecimiento, con ventas constantes y estables. Si no son formales están en vías de formalizarse y cuentan con un equipo de trabajo, estrategias, un modelo de negocio validado y nuevos retos para afrontar con innovación. Suelen estar listos para ingresar a nuevos mercados y diseñar nuevos productos o servicios.

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