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Justicia climática y resiliencia social: las mujeres en el centro de las crisis y las soluciones

Los efectos de la crisis climática no se distribuyen por igual. Las mujeres y niñas enfrentan mayores riesgos y barreras frente a sus impactos, especialmente en contextos de pobreza, desigualdad y exclusión. Las tareas de cuidado, el acceso desigual a recursos productivos, la falta de participación en la toma de decisiones y el desplazamiento forzado por desastres ambientales limitan sus opciones de adaptación y aumentan su vulnerabilidad.

Hoy, el 80% de las personas desplazadas por desastres climáticos son mujeres y niñas, quienes enfrentan mayores riesgos de violencia, pobreza o exclusión durante sus trayectos. Además, en el peor escenario climático, se estima que para 2050, 13 millones de mujeres y niñas en la región de América Latina y el Caribe podrían caer en la pobreza.

Frente a este escenario, el Foro GLI Latam 2025, visibilizó una verdad ineludible: la justicia climática y la resiliencia social son imposibles sin igualdad de género.

A lo largo de distintas sesiones temáticas, el foro visibilizó cómo las mujeres están liderando respuestas concretas frente a desafíos sociales, económicos y ambientales en América Latina y el Caribe. Desde visibilizar emprendimientos regenerativos en la región, establecer cadenas de valor más sostenibles, hasta promover estrategias de financiamiento con enfoque climático y territorial, las voces femeninas marcaron el pulso de propuestas que no solo responden a las crisis, sino que reimaginan un futuro posible para todas.

Mujeres transformando los negocios a través de la sostenibilidad 

A medida que los modelos de negocio tradicionales se enfrentan a límites estructurales—ambientales, sociales y económicos—, cada vez más empresas están reconociendo la necesidad de evolucionar. Y en esa transformación, el liderazgo femenino está marcando el camino hacia modelos que integran la sostenibilidad y rentabilidad de largo plazo.

Las mujeres están liderando este cambio desde dentro: no solo desde áreas de sostenibilidad o responsabilidad social, sino desde las operaciones, la estrategia corporativa y la toma de decisiones. Sus enfoques tienden a priorizar el impacto ambiental y social como parte integral del valor empresarial, demostrando que es posible crecer sin desligarse de las personas ni del planeta.

Durante el Foro GLI, voces como la de Gema Sacristán, Líder de Sostenibilidad para Deloitte en América Latina, ayudaron a desmitificar la sostenibilidad como una moda o una tarea secundaria: “La sostenibilidad no es una foto, es una película. Es tu historia de transformación. No es una carrera de 100 metros, es un maratón, aunque a veces parece una carrera de obstáculos”.

Desde la banca, Mariuz Calvet, Chief Sustainability Officer de Santander México, destacó cómo la sostenibilidad se convierte en una estrategia de negocio de largo plazo cuando se integra de forma transversal: “La sostenibilidad está repartida en todas las áreas que gestionan estos temas. Somos cinco en el equipo central, pero más de 150 personas en distintas áreas trabajan estos temas como parte de sus funciones”, dijo. “No es un área, es una red”.

Y desde una empresa familiar como London Supply Group con más de 80 años de historia, María Taratuty, Directora de Asuntos Institucionales, subrayó que impulsar el cambio requiere no solo voluntad, sino consistencia en cada decisión: “Coherencia y humildad. No es solo la huella de carbono o un gran indicador. Es no decir que sos sostenible si tus empaques no lo son. Hay que cuidar también los pequeños detalles”.

Como expresó Lorena de Lima, Sr. Manager de Responsabilidad Social de Samsung México: “Empoderar a las juventudes con herramientas como la tecnología y la educación es clave. Pero hay que hacerlo con ética y con conciencia. Eso es lo que hace sostenible cualquier acción”.

Regenerar territorios y redistribuir el valor

En América Latina y el Caribe, el 48% de la población rural son mujeres. Muchas de ellas combinan labores agrícolas, ganaderas y de cuidado, pero siguen enfrentando enormes desigualdades: solo el 31% tiene titularidad sobre las tierras agrícolas que trabajan, y el acceso a crédito, tecnologías y nuevos mercados sigue siendo limitado. 

Estas barreras impiden que las mujeres avancen más allá de los eslabones menos valorizados de las cadenas productivas, perpetuando su exclusión económica. Sin embargo, desde los territorios, las mujeres están liderando prácticas agroecológicas, emprendimientos circulares, redes de comercialización directa y modelos de economía social que reconfiguran relaciones de poder y generan impacto ambiental y comunitario.

Durante el Foro GLI, se visibilizaron casos como los de mujeres productoras de mezcal, agricultoras organizadas y liderazgos empresariales femeninos que impulsan la regeneración productiva y la redistribución del valor. Estas experiencias demuestran que cuando se integra el enfoque de género desde la producción hasta el consumo, las cadenas de valor pueden convertirse en motores de inclusión económica, resiliencia climática y sostenibilidad.

Invertir en su potencial emprendedor no solo promueve autonomía económica, sino que también fortalece las economías locales, protege los ecosistemas y revaloriza los cuidados y saberes generacionales que sostienen toda actividad productiva.

La urgencia de construir resiliencia climática y social 

Las experiencias compartidas durante el Foro GLI evidencian que ya existen caminos concretos para alinear los objetivos financieros con metas ambientales y sociales. El desafío está en consolidar estructuras empresariales que reconozcan este tipo de liderazgo, lo potencien y lo multipliquen.

Construir resiliencia climática y social no depende de una única estrategia, sector o territorio. Las soluciones deben ser integrales, multisectoriales y con enfoque de género. Desde el campo hasta las ciudades, las mujeres ya están impulsando cambios concretos. Pero no basta con identificar estas brechas estructurales. Hace falta actuar. Y para que las soluciones funcionen, deben partir de quienes ya están generando impacto.