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Soy Una Mujer Lider

1 noviembre, 2009

Español

Teresa Centeno, enfermera y promotora de salud de Pro Mujer, nació en Larreynaga, Malpaisillo.  Con más de cinco años trabajando con Pro Mujer en Nicaragua, Teresa conoce las emociones y desafíos de ser una promotora de salud; Teresa comparte su historia en sus propias palabras—

Cuando era niña, yo siempre supe que Pro Mujer existía.  Conocía los servicios que ofrecían porque acompañaba a mi mamá de vez en cuando a sus reuniones de pagos.  Nunca me imaginé que un día trabajaría para la organización.  Años después, una amiga me dijo que Pro Mujer estaba buscando enfermeras para dar varios servicios de salud.  Me emocioné por la oportunidad y afortunadamente conseguí la posición.

Al principio, pasé por una crisis cuando comencé como promotora.  En una de mis primeras reuniones de los bancos comunales, una clienta me hizo sentir mal;  me sentí ignorada y abandonada, como si mi trabajo no tuviera  ningún propósito.  Quería llorar, y le dije a la doctora Marta García de Pro Mujer como me sentí.  Me sentí fuera de lugar.  No creía que podría  manejarlo todo, y dejé  Pro Mujer.  Todo esto pasó durante  los primeros 15 días de trabajar!

Afortunadamente, el personal en Pro Mujer me dió bastante apoyo.  Sabían por experiencia que este trabajo puede ser muy difícil.  Me dieron consejos y aliento. Aprendí como identificarme con las mujeres. Muchas mujeres tienen muchos problemas y nadie con quien hablar.  El personal me explicó que a veces reaccionan así por estas razones Esto es lo que hace nuestro trabajo tan importante. Aunque las mujeres luchan bastante,  las ayudamos a cambiar sus actitudes,  a sentirse mejor, a cuidar de su salud,,y a empezar sus propios negocios, En este trabajo, tienes que amar lo que haces para hacerlo bien.

El cambio de actitud que Pro Mujer promueve no es exclusivamente para nuestros clientes, nuestro personal cambia mucho también.  Aprendemos de las mujeres y establecemos un fuerte vínculo.  Me gusta la idea de ayudar a las mujeres mejorar sus vidas y que logren cosas que les parecían imposible antes.

También me hice de amistades con muchas de las clientes.  Lloramos y nos reímos juntas.  Ellas nos agradecen por los servicios que damos aquí en Pro Mujer.  Confían en mí.

Ahora digo: mi trabajo es importante, y voy a contribuir a un cambio que va a cambiar las mujeres de nuestro mundo! Soy una líder  24 horas al día—una líder en el trabajo, de mis acciones, y en mi casa—y quiero seguir trabajando por esta causa tan noble.