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Convirtiendo a Casas Soñadas en una Hermosa Realidad: La Historia de María Concepción, Micro-empresaria de Nicaragua

15 julio, 2011

Español, Voices from the Field

Por Yolanda Bravo, Jefa de Marketing y Comunicanicaciones de Pro Mujer en Nicaragua

Como una organización sin fines de lucro, de desarrollo para la mujer y de microfinanzas, uno de nuestros muchos objetivos es ayudar a nuestras clientas a lograr una mejor calidad de vida, ya sea mediante el acceso a servicios financieros, o a través de la educación, capacitaciones o la atención de la salud. Para promover este objetivo, Pro Mujer en Nicaragua ha añadido un nuevo producto a su oferta: préstamos de vivienda.

A través de nuestra campaña “Mi Casa Linda, un Sueño Alcanzado”, pretendemos ayudar a nuestras clientas a convertir sus sueños en realidad y a hacer necesarias mejoras en la vivienda, realizando expansiones en sus hogares para aliviar el hacinamiento (a menudo varias generaciones viven bajo el mismo techo) o a construyendo una casa totalmente nueva para ellos y sus familiares. De conformidad con el modelo de Pro Mujer, este préstamo complementario está vinculado a un préstamo de negocios principal generador de ingresos y complementa a nuestros otros servicios no financieros, que incluyen negocios y capacitaciones de empoderamiento, educación preventiva de la salud y la atención primaria de salud de alta calidad a bajo costo.

Actualmente, se ofrece en tres de nuestros centros focales, León, Chinandega y Masaya, con planes para ampliar el acceso a este servicio a nuestras más de 29.000 clientas a nivel nacional. Además, hay tres niveles de créditos para la vivienda: uno para pequeñas mejoras, otro para la expansión y un tercero para grandes construcciones.

Requisitos generales para los tres tipos de préstamos incluyen:

  • La clienta debe estar en excelente situación financiera con ningún retraso en los pagos personales a su asociación de Banco Comunal o retraso en los pagos como una asociación de Banco comunal a Pro Mujer por al menos:
    • 1 ciclo de préstamo, que dura 4 meses, para créditos de vivienda para pequeñas mejoras al hogar.
    • 2 ciclos de préstamo para préstamos de expansión a la vivienda.
    • 3 ciclos de préstamo para préstamos de construcción progresiva de viviendas.
    • La clienta debe tener un negocio establecido por al menos 12 meses.
    • La clienta no debe tener más de dos préstamos con otras organizaciones de microfinanzas.
    • La casa no debe estar prendada por un banco u otra organización.

Mejoras para el hogar

Este préstamo ayuda a las clientas a financiar pequeñas mejoras, como la conversión de paredes y techos de plástico a ladrillo o establecer vínculos a utilidades que proporcionan agua corriente. Los montos de préstamos  varían de US$ 250 a $600 y son pagaderos en cuotas mensuales o quincenales por máximo de 1 año.

  • Calificaciones adicionales incluyen:
    • La casa es propiedad de una clienta o un familiar inmediato como un esposo, esposa, hijo o hija, hermana o hermano o madre o padre.
      • Si la casa es propiedad de un familiar inmediato y no de la clienta, existe un requisito mínimo de un año de residencia para la clienta.

Ampliación de viviendas

Las clientas que quieren expandir sus hogares pueden usar este préstamo para construir muros adicionales o habitaciones para acomodar mejor a sus residentes. Los importes mínimos y máximos de préstamo van de US$ 400 dólares a US$ 2.500 dólares y son pagaderos en cuotas mensuales o quincenales de hasta dos años y medio.

  • Calificaciones adicionales incluyen:
    • Si la casa es propiedad de un familiar inmediato y no de la clienta, existe un requisito mínimo de un año de residencia para la clienta y el propietario debe de firmar el préstamo también, actuando como codeudor solidario.
    • Independiente de la clienta, debe haber una o más fuentes de ingresos de la familia que reside en el hogar.

Hogar de la mayor construcción

Esta categoría está orientada a clientas que buscan comenzar nueva construcción o completar una construcción que ya está en proceso. El préstamo mínimo y máximo es de US$700 dólares a US$5.000 dólares y son pagaderos en cuotas mensuales o quincenales de hasta cuatro años.

  • Calificaciones adicionales incluyen:
    • El terreno o vivienda debe ser propiedad de la clienta. Deben haber 2 garantes para el préstamo, uno de los cuales puede estar fuera de la familia inmediata.
    • Independiente de la clienta, debe haber una o más fuentes de ingresos de la familia que residen en el hogar.

Hasta el momento este nuevo producto ha sido muy bien recibido por nuestras clientas. Desde su lanzamiento, 156 clientas han aprovechado de este servicio, beneficiándose  y a los 600 miembros de sus familias aproximadamente.

Una de estas clientas es María Concepción, de 38 años es una micro-empresaria de Pro Mujer del municipio de Chichigalpa, en la ciudad de Chinandega. Ella ha estado con Pro Mujer desde principios del 2010 y ha recibido y pagado préstamos cada vez mayores en 8 ciclos a través de su banca comunal llamada “Estrella Lunar”. A continuación les invito a que lean su historia de fortaleza y perseverancia como me la relato.

María Concepción opera una pequeña tienda desde su casa en Chinandega, Nicaragua

“Mi vida ha sido dura, mis padres eran muy pobres, vivíamos en una casa hecha de cartón forrada de plástico y sostenida por cuatro palos de eucalipto, durante mi niñez sufrí muchas humillaciones, mis padres eran estrictos y no me dejaban salir, ni tener amigos, me regañaban por todo y a veces no teníamos que comer.

A mis 16 años me fui a vivir con mi actual esposo, pero ambos éramos muy pobres, vivamos en un terreno que el tenia y construimos una casita forrada de plástico que estaba sostenía por palos, dormíamos en una misma cama. Poco tiempo después tuve mi primer hijo y nuestra condición económica cada día era peor, y ya con un hijo los gastos eran mayores y el espacio se hacía más pequeño. Al poco tiempo tuve mi segundo hijo y mi esposo entró a trabajar como jornalero y su salario era muy poco, con el poco dinero que ganaba nos alcanzaba para la comida y poco a poco íbamos recogiendo dinero para comprar plástico e íbamos recogiendo palos para hacer nuestra casa un poco más grande.

Antes de tomar un préstamo de vivienda con Pro Mujer, María Concepción usaba hogar de usaba plástico, palos y cartón como paredes en su vivienda.

Al ir creciendo nuestros hijos fuimos haciendo las divisiones de los cuartos con plástico para que cada quien tuviera su cuartito, aunque fuera de plástico, ya que para cuatro personas la casa ya era muy pequeña. El techo de nuestra casa tenía hoyos por todos lados y cuando llovía se nos metía el agua. El interior de nuestra casa era puro fango y todas nuestras cosas flotaban. Dormíamos en sillas, amanecíamos desvelados y todos mojados por el agua que se metía; una vecina se burlaba de nosotros y nos humillaba a mis hijos y a mí por la condición tan dura en la que vivíamos.

Al ver esta situación tan dura mi hija y yo, comenzamos a lavar y a planchar ropa ajena para que pudiéramos cubrir un poco los gastos de la casa, para ese tiempo me comenzaron a dar dolores muy fuertes en la espalda, en mi vientre y ya no pude seguir lavando y planchando.

Un día una vecina de mi mamá me habló acerca de Pro Mujer, decidí ingresar porque no me pedían muchos requisitos, obtuve mi primer crédito de C$3,000 córdobas (US$133), pero lo hice a escondidas de mi marido, ya que a él no le gustaba tener deudas, ese primer crédito lo invertí en poner mi venta y así inicie mi negocio gracias al préstamo que Pro Mujer me otorgó, así que sembré cuatro palos en la parte delantera de mi casa y puse una lámina de zinc para protegerme del sol y de la lluvia y comencé a vender para poder tener un poco de dinero a parte del salario de mi esposo.

Terminando de pagar mi primer préstamo, obtuve mi segundo crédito, para seguir mejorando mi venta. Pero esta vez tuve que contarle a mi esposo porque mi negocio iba prosperando. Al principio, él se molestó pero luego comenzó a asistir conmigo a las capacitaciones, y cuando solicité mi tercer crédito, como el monto era mayor, él me dijo que lo tomara que no preocupara que si se hacía difícil pagarlo, él me apoyaría. Y así  fue, en mi tercer crédito cuando solicité un monto mayor para invertir en negocio.

Una de las nuevas paredes en la casa de María Concepción.

Una vez que cumplí mi tercer ciclo solicité el crédito de vivienda en Pro Mujer, y comenzamos a construir nuestra casa. Pero esta vez no iba a ser de plástico, sino de bloque y de cemento, para mi familia y para mí fue uno de los momentos más felices de nuestras vidas ver nuestra casa  construida, saber que ya no íbamos a mojarnos cuando lloviera, y además que nunca habíamos vivido en una casa hecha de concreto.

Considero que el crédito de vivienda es un regalo que le da Pro Mujer a las clientas porque en ningún lugar te brindan dos créditos confiando únicamente en la palabra. Agradezco a Dios por haber puesto a Pro Mujer en mi camino, ya que sin el apoyo de Pro Mujer nada de lo que tengo hoy sería.

Así mismo, me he beneficiado de las capacitaciones, las charlas de salud me  han ayudado a conocer cómo debo de cuidar de mi salud y la de mi familia. Gracias a ellas pude tomar conciencia del cuidado de mi salud. No me había realizado mi PAP desde hacía mucho tiempo, pero estando en Pro Mujer me lo volví hacer y me detectaron lesiones. Me hicieron una crioterapia y actualmente estoy en tratamiento. Las capacitaciones también han ayudado a que mi esposo cambie de actitud, ahora me apoya en las decisiones que tomo.

Mis planes futuros son seguir obteniendo más créditos en Pro Mujer para mejorar mi casa, poner cerámica en el piso y ampliar la cocina. Sobre todo quiero seguir trabajando duro para que mis hijos puedan continuar sus estudios y logren terminar una carrera universitaria. Con mis ahorros quiero comprarme una lavadora, para ya dejar de lavar a mano.

Agradezco a Pro Mujer por todo el apoyo que me ha brindado y por la confianza que tiene en mí. Gracias realmente por cambiar mi vida.